Conviene revisar el título de propiedad que ostenta el vendedor para evitar desagradables sorpresas.
Antes de hacer cualquier trámite debes pedir una copia de la escritura y del tarjetón del impuesto predial.
Primero hay que revisar que la escritura sea verdadera y que no tenga ningún gravamen.
Nosotros nos dirigimos al Registro Público y ahí debe coincidir la escritura que te están entregando con la que ellos tiene inscrita.
Se debe revisar si la escritura tiene alguna anotación marginal, señala, ya que cualquier tipo de limitación que pudiera tener ahí aparece, como por ejemplo algún embargo.
Por ejemplo, una escritura falsa puede presentar sellos diferentes o firmas que no coinciden.
El notario público agrega que el fedatario verificará que no haya retraso en el pago del predial ni adeudos derivados de la modernización catastral.
Por ejemplo, indica, se debe verificar que haya físicamente metros de más de los que están en la boleta del predial, ya que si alguien hace una ampliación, lo detectan las fotos aéreas.
El notario checa que no haya nada pendiente ni en el área catastral ni de impuestos no pagados, y por otro lado, verifica que la propiedad no tenga ningún tipo de limitación y que la escritura que están presentando es el título de propiedad inscrito en el Registro.
Si la escritura no está inscrita en el Registro Público de la Propiedad, no necesariamente significa que sea apócrifa, ya que por descuido algunas veces no se completa el trámite. Sin embargo si no está inscrita, la propiedad no se puede vender.
En estos casos, la escritura se debe inscribir para que el propietario la pueda vender, lo que implicará el pago de impuestos y recargos que en su momento se debieron haber generado.
Cuando se formaliza una operación se generan impuestos tanto para la parte vendedora como para la parte compradora.
El que compra, dice, debe pagar el Impuesto Sobre Adquisición de Inmuebles, y la parte vendedora, el Impuesto Sobre la Renta.
Por ultimo mi consejo seria que acudieras con un notario público de tu confianza ya que para un particular resulta más difícil encontrar errores que la demuestren falsa, y para ellos es más fácil detectar cualquier dato erróneo.