Para muchos, la compra de un inmueble es un tema al que hay que darle varias vueltas, ya que al no estar en la situación ideal que sería contar con una suma cuantiosa para pagar un inmueble de contado, hay que adquirir el famosísimo crédito hipotecario: un compromiso que durará normalmente varios años.
La adquisición de una propiedad no es ningún mito, pero la angustia de no poder pagar un crédito hipotecario por falta de recursos pude llegar a producir pesadillas bastante tétricas.
Aunque el precio de una casa puede variar considerablemente, es un hecho que el costo es alto. Así, es recomendable, por supuesto, solicitar un crédito realista, adecuado a las posibilidades de cada solicitante, antes de verse cercado por deudas y tener que llegar a vender el inmueble.
Todo lo que puedes perder
Es necesario hacer ciertos planes, como contar con ahorros u otras opciones para solventar los gastos, ya que las consecuencias de dejar de pagar una vivienda requieren de juicios hipotecarios muy prolongados. Para que se dé una resolución habrá que esperar entre 10 y 20 años en el caso de las instituciones públicas, y de 1.5 a 3 años en el de la banca privada. Además, se adquiere una mala nota en el buró de crédito, y la consecuente negación de otros créditos. Incluso, se puede llegar al embargo, a la pérdida de la casa y de lo pagado. Por otra parte, la posible recuperación del inmueble también puede llegar a tardar bastante.
Para que el trabajo de pagar no se vuelva inútil, habría que tomarse en serio la solicitud de un crédito hipotecario, así como lo hacen los bancos.
Es claro que con un crédito de largo plazo aumentan las posibilidades de impago. Otra de las recomendaciones para evitar estos malos ratos son preparar una temporada de ahorro y conseguir un crédito que no sea de tan largo plazo, lo que además disminuye el pago de tantos intereses.